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Canadian Pacific Railway (CPR) y Kansas City Southern (KCS) se han fusionado y planean construir la primera red ferroviaria que unirá Canadá, Estados Unidos y México.
Inversiones colosales para un ferrocarril gigantesco
La organización canadiense ha comprado KCS por 29.000 millones de dólares y, en un comunicado, ha explicado que la transacción será en efectivo y en acciones.
Además, la red de transmisión tiene previsto conectar a los usuarios de Canadá, el Medio Oeste y el Noreste de Estados Unidos a través de puntos CPR, y de México y el Centro Sur de Estados Unidos a través de puntos KCS.
También se afirma que la red cubrirá una distancia de 32.186 kilómetros de vías y dará empleo a unas 20.000 personas. También se calcula que el proyecto generará unos ingresos totales de 8.700 millones de dólares.
Las oportunidades de este ferrocarril
Keith Creel, actual presidente y director general de RPC, será el nuevo director general de la empresa fusionada, que tendrá su sede en Calgary (Canadá), y se espera que Creel siga en ese puesto hasta 2026.
Afirmó que la fusión de las dos empresas transformará por completo Norteamérica y tendrá un impacto positivo en sus clientes, empleados, accionistas y comunidades.
Al mejorar los servicios, la empresa dice que favorecerá a todo tipo de clientes: automoción, energía y cereales, que son algunos de los que se beneficiarán de la simplicidad y eficiencia de la nueva red de transporte.
Un ferrocarril que cumple las normas medioambientales
De igual forma, Creel señaló que los ferrocarriles están ayudando a reducir las emisiones al medio ambiente, por lo que tienen un compromiso consistente con el Acuerdo de París, con el objetivo de reducir el impacto ambiental, mejorar la eficiencia energética y apoyar la creación de una Norteamérica más sostenible.